
Tener la oportunidad de decorar este caserío fue todo un placer.
Fue un proyecto de restauración integral, ya que el edificio estaba completamente inhabitable. Por ello, adaptándonos a las necesidades de los propietarios, les asesoramos en la distribución de los espacios.
En esta ocasión, fue esencial ofrecerles un apartamento en la planta baja que constara de un dormitorio principal, baño completo, un aseo, cocina, despensa con zona de lavandería incorporada y una amplia zona común, para que no tuvieran la necesidad de subir a la planta superior en su día a día. En cuanto a la segunda planta, decidimos destinar gran parte del espacio a una zona común muy amplia donde los nietos y la familia pudiera jugar y pasar el tiempo juntos. No obstante, también incorporamos dos dormitorios y un gran baño.
Desde el principio tuvimos clara la paleta de colores y el toque clásico que iba a tener cada estancia. Por ello intentamos seleccionar piezas únicas y muy especiales combinándolos con textiles naturales como el lino y el algodón.
Asimismo, decidimos restaurar y darle una nueva vida al mobiliario que tenían los propietarios en su antigua vivienda, pintándola y adecuándola para que formara parte de este nuevo hogar.
Finalmente, conseguimos ofrecer a nuestro cliente espacios funcionales y con un toque muy especial.
Dormitorios





Baños y aseo







Cocina




Zona común







